Se requiere capacitación tecnológica, avanzados conocimientos de marketing, dinero, paciencia, tiempo, perserverancia, decisión y – por qué no – algo de suerte, para que tu página web comience a “moverse” al ritmo de las visitas crecientes y por consiguiente se torne rentable, directa o indirectamente, promoviendo más ventas.
Cuando finalmente lo han logrado, cuando el usuario está allí sentado mirando la web, cuando finalmente lo han “atrapado” con contenidos interesantes u ofertas tentadoras, éste decide enviar una consulta, digamos por ejemplo solicitando un catálogo, pidiendo más información sobre determinadas características de un servicio, etc. Ha sido él quien ha iniciado el contacto, ahora sólo nos resta convertirlo de “visitante” a “cliente“. Pues 1 de cada 4 empresas no lo hace.
Un estudio realizado por Netydea revela que el 25% de las empresas con presencia on line no responden los correos electrónicos de consulta enviados desde sus páginas en Internet. ¡Increíble! Tanto esfuero ¿para qué?. La respuesta a una consulta online, además de que constituye un síntoma de buena educación, es la mejor manera de asegurarse un camino que tiene grandes probabilidades de convertirse en “venta”.
Las empresas que responden los correos de consulta se ubican en franca ventaja frente a sus competidores. No satisfacer una consulta equivale a mantener las puertas cerradas de la tienda, no contestar al teléfono o no contar con personal para atender a los compradores. Un error que nos lleva directa e irrevocablemente al fracaso en la gestión de un sitio web.