En la actualidad disponemos de un sinfín de herramientas gratuitas en Internet que nos permiten configurar e incluso publicar, de manera sencilla, nuestras páginas webs sin tener que contratar los servicios de un proveedor de hosting. Para los usuarios menos informados en estas lides tecnológicas tal vez pueda parecerles una oportunidad de tener alojado un sitio en la web, sin demasiado esfuerzo, ni económico ni tecnológico. En muchos casos, las propuestas que elaboran los proveedores de hosting gratuito realmente son tentadoras: gran capacidad de almacenamiento, buen posicionamiento en directorios y buscadores, etc. Pero ¿son convenientes?
Definitivamente la respuesta es NO. La imagen de una empresa, por muy pequeña que ésta sea, es decisiva a la hora de conquistar potenciales compradores o usuarios. Los servidores gratuitos de hosting ofrecen sus servicios a cambio de incluir en las páginas publicadas, su propia publicidad. Esto suele ocurrir mediante los molestos pop-ups, que acabarán espantando a nuestros clientes, atocigándolos con información que no buscaban, y alejándolos para siempre de nuestra propuesta comercial.
Lo mejor será contar con un dominio propio, con hosting de pago provisto por una empresa reconocida por la calidad de sus servicios, con una aceptable tasa de transferencia de información, y que nos ofrezca toda la funcionalidad que nuestra web requiere. Una inversión que bien vale la pena para lograr efectividad desde el comienzo.