En el mundo de Internet pasan cosas curiosas. Una de ellas es la aparición de una nueva red social llamada Ello. Cuando todo hace suponer que ese mercado se encuentra ya saturados de ofertas, un polifacético emprendedor llamado Paul Budnitz, se aventura a proponer otra singular plataforma de encuentro social que tiene como principales características la ausencia de publicidad y la privacidad de los datos de los usuarios.
Budnitz, que actualmenteme dirige una empresa que se dedica a la fabricación de bicicletas de paseo con material de titanio, siempre fué un amante de las redes sociales y utilizó Facebook hasta que se comenzó a sentir invadido por la publicidad en la red social, así como también desconforme con el “manejo” de sus datos personales y gustos por parte de la empresa de Mark Zuckerberger.
Abandonó Facebook y se afilió a Tumblr, pero tampoco el contrato terminó bien, al encontrar en su Feed publicidad que no le resultaba amigable. Y así, alejado de las redes más populares, decidió reunir a una media docena de desarrolladores de software y a solicitar el asesoramiento en Berger&Föhr en diseño para proponer su nueva red social.
A lo largo del año 2013, Ello funcionó en forma privada con unos 90 usuarios, todos artistas amigos de los fundandores de la plataforma y expresamente invitados a participar en la misma. A finales de ese año, ya había 2.000 personas esperando para utilizar la nueva plataforma interesados en las características que ofrecía la misma según comentarios de amigos que la estaban utilizando.
Ello carecía hasta ese momento de la estructura necesaria para recibir usuarios en una escala importante y fué recién a mediados de agosto de 2014 que Paul Budnitz decidió realizar oficialmente una propuesta publica de ingreso a la social network a través de invitación. Seis meses después se produce un gran emigración de usuarios de Facebook, principalmente, hacia Ello motivados por las políticas de la red mas importante del mundo. Ello se transforma en una alternativa de Facebook.
Los medios, rápidamente, magnificaron estos hechos, llamandolo, “el éxodo de Facebook”, focalizando aún más la atención sobre Ello. Decenas de miles de usuarios solicitaron una invitación en horas y en forma exagerada se vieron titulares como “Ello en anti-Facebook “, el ” destructor de Facebook” o algunos más racionales como ” una alternativa viable para los cansados de Facebook”.
La aparición en la popular revista “Fortune” de Budnitz, terminó de catapultar a la plataforma social al conocimiento de la misma de todos los usuarios de Internet y con esto a una gran demanda de invitaciones para entrar a la misma.
El manifiesto del equipo que administra la red, se ha encargado de aclarar que no es su objetivo competir con Facebook, sino que se trata de imprimir un diseño minimalista a un servicio que intenta convertir al usuario en un ser humano con derechos y no a considerar al mismo como un producto.
Las características de Ello son muy singulares, la sencillez, el blanco y negro armonizan con el objetivo de construir una plataforma que haga las cosas más fáciles y se enfoque en un objetivo único y determinando: mejorar la comunicación entre las personas de todo el planeta.
Promete no colocar publicidad como forma de conseguir ingresos y se compromete a no utilizar los datos de los usuarios para fines comerciales, ni vender estos datos a terceras empresas que lo quieran utilizar como herramienta de marketing. El tiempo dirá cuál será el futuro de Ello, que hoy sorprende por la excelente acogida que ha obtenido en un mercado que se consideraba dominado por Facebook y Google.