Los sistemas operativos son los directores de orquesta de nuestro hardware. La importancia de los mismos es de tal magnitud, que no importa cuán poderoso sea un procesador, una tarjeta gráfica o un componente electrónico de nuestro hardware, sin un sistema operativo adecuado y eficiente, no obtendremos el mejor resultado posible y estos excelentes componentes se verán subutilizados y el rendimiento integral será mediocre.
Esta pequeña introducción para ubicar en su importancia el sistema operativo, la hacemos porque hemos accedido a la última encuesta que mide la utilización de los mismos en el mundo en ordenadores de mesa y portátiles (no se incluyen los dispositivos móviles). La misma nos muestra una fotografía del primer cuarto del año 2013 y del resultado de la misma nos llama la atención la supervivencia de un sistema operativo en concreto: el Windows XP.
Windows XP es utilizado por el 38,7 % de los ordenadores del mundo a pesar de tener 11 años y 5 meses de vida en el mercado.
Sin lugar a dudas este es un dato que conviene analizar para evaluar cómo en esta época en que el constante cambio y las actualizaciones de versiones hacen que lo que es nuevo hoy es viejo mañana. Windows XP sobrevive en este alto porcentaje de ordenadores por una sola razón: resulta amigable, cómodo, eficiente, adecuado para los millones de usuarios que lo prefieren.
Si bien Windows XP, no es el sistema operativo más utilizado, sino que ese lugar del podio lo ocupa Windows 7 con un 44,7% de los ordenadores de mesa y portátiles, es de destacar que la empresa que fabricó este inmortal sistema operativo, Microsoft, introdujo en el mercado tres nuevas versiones en este orden, Windows Vista, Windows 7 y Windows 8, pero la versión Windows XP se resiste a morir a pesar de que comercialmente se lo quiere anular.
El sistema operativo que siguió a Windows XP, fué Windows Vista, que a pesar de la gran publicidad positiva que antecedió a su lanzamiento, hoy sólo es utilizado por menos de un 5% del mercado y además fué descartado por los usuarios luego de su prueba por no adaptarse a sus necesidades. El propio Microsoft llegó a la conclusión que la filosofía que empleó en esta actualización no fué la correcta y alineada con lo que buscaba el mercado.
Tal fué el fracaso de Windows Vista, que Microsoft rápidamente (considerando los tiempos que lleva un programa de alta complejidad) presentó al mercado Windows 7 que actualmente, como decíamos, ocupa el primer lugar en utilización de sistemas operativos.
La fortaleza de Windows XP y por consiguiente la razón de su firme permanencia en los ordenadores del mundo, es que utiliza muy pocos recursos del sistema para su funcionamiento y en definitiva en forma eficiente le entrega al usuario lo mejor de su hardware.